Los espíritus de la luz sólo intervienen cuando se les pide.

Si no se les invoca, no vienen.

Algunos Seres de Luz ocasionalmente se asoman a los humanos, pero aunque estos estén siendo víctimas de entidades oscuras dirán: "No tenemos ningún derecho de imponernos a ese ser. No se nos ha pedido nada, por lo que debemos respetar la libertad de esta persona".

Sólo los espíritus oscuros se presentan sin autorización. Esto es precisamente lo que diferencia a los Espíritus de Luz de los espíritus de la oscuridad.

Los espíritus de la oscuridad no respetan nada. Los Espíritus de Luz, por el contrario, esperan que te abras a ellos. Y cuando sienten que los has llamado, ¡qué alegría tienen!

Entonces te verán como un ser despierto, y cantarán: "Nosotros, los poderes del cielo, podemos por fin entrar en esta alma para ayudarla y trabajar con ella", e inspiran nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras acciones y nuestras palabras.

Asi es que hay que pedirle a nuestros guías de Luz que entren en nuestra vida diaria.